En el año 221 a.C, el entonces rey Zheng, conquistó el último de los siete reinos que gobernaban de manera independiente. Con esta conquista, el rey obtuvo el poder absoluto y unificó todos los reinos en uno solo.
Gracias a esta hazaña, China se convirtió por vez primera en un estado unificado cuyo gobierno pasó a ser centralizado y único. La capital de este nuevo estado se instaló en Xianyang, cerca de lo que actualmente conocemos como Xian.
Desde esta transformación territorial y de gobierno, el rey Zheng decidió cambiar su nombre y pasar a ser conocido como Qin Shi Huangdi, el primer emperador de la dinastía Qin. Con este nombre y título, pasó a formar parte de las figuras históricas del mundo y especialmente del país oriental.
Qin Shi Huang: el primer emperador de China
El gobierno del emperador se extendió hasta el año 210 a.C., y su mandato estuvo definido por un conjunto de decisiones enfocadas en consolidar la unidad del nuevo y reciente estado.
Como emperador, Qin tuvo un comportamiento drásticamente severo y mostraba poca piedad. De hecho, normalmente castigaba delitos de consecuencias mínimas con una dureza extrema.
La severidad reinante durante el gobierno del primer emperador de China, aunado a las incontables prohibiciones y al empleo de miles de ciudadanos para la ejecución de obras de gran envergadura, promovieron un ambiente de revolución que en ciertas ocasiones provocó intentos de asesinato del gobernante.
Fueron estos intentos de magnicidio contra el implacable emperador, lo que lo llevaron a obsesionarse con la muerte. Desde entonces, Qin Shi Huangdi comenzó una inusual e incoherente lucha contra su fallecimiento.
En busca del elixir de la vida
El temor que el emperador de los siete reinos sentía por la muerte, lo impulsó a planificar y a ordenar diversas excursiones con el fin de hallar el legendario “elixir de la vida”.
De acuerdo a los registros de esa época, durante los últimos años de su vida Qin Shi Huangdi manifestaba un temor mucho más intenso por la muerte, la cual sentía cada vez más cerca. Debido al pánico que sentía por morir durante la cúspide de su gobierno, el gobernante se centró en la organización y patrocinio de las expediciones para encontrar la solución a su miedo, el “elixir de la vida”.
Se encontró un texto chino de gran antigüedad conocido como el Sanh Hai Ping, en el que se encuentran registradas varias tradiciones y mitos. En este texto se menciona a la isla de Penglai, la cual consiste en una tierra de leyendas en la que de acuerdo a la tradición conocida, vivían los inmortales. Teniendo en cuenta lo que este texto decía e impulsado por su obsesión, Qin Shi Huangdi decidió enviar a Xu Fu un alquimista, en compañía de cientos de jóvenes (mujeres y hombres), para que ubicaran a la codiciada isla.
Los integrantes de la expedición jamás regresaron. Muchos afirman que no volvieron para evitar la muerte, ya que era inaceptable que aparecieran frente al emperador con las manos vacías.
El brebaje de la vida eterna
Continuando con la búsqueda de una solución que le garantizara una vida eterna, el primer emperador de China siguió el consejo de sus alquimistas y médicos. Estos le indicaron que bebiera una preparación con supuestas características y propiedades que le otorgarían la inmortalidad, o por lo menos retrasarían su muerte.
Este brebaje al parecer, fue el causante de la muerte del emperador. Resulta que la preparación contenía plomo y mercurio, lo que provocó la pérdida de la vida a Qin Shi Huangdi de manera prematura.
Una muerte provocada por la obsesión de hallar la inmortalidad. Esta es la ironía que enmarca la muerte del cruel emperador.
El fallecimiento del gobernante cambió completamente la historia del país asiático, el cual se convertiría en uno de los imperios de mayor relevancia en el lado oriental del planeta. Una nación que hoy en día es una de las más poderosas.
Parasicóloga con especialización en clarividencia. Más de veinte años de experiencia en el mundo esotérico. Vidente natural. Colaboradora de redacción en temas sobrenaturales.
