La piedra Rosetta es uno de los descubrimientos más importantes del Antiguo Egipto. Tiene la particularidad de que cuando fue descubierta la humanidad no tenía conocimientos que sirvieran para descifrar sus jeroglíficos. Pero los guiones que venían tallados en ella, estaban escritos en tres lenguajes diferentes (egipcio, demótico y griego antiguo).

Se puede decir que se trata de un bloque de piedra granítica de unos 760 kilos. Mide un poco más de un metro de alto y unos 75 centímetros de ancho.
Se creó aproximadamente en el año 196 a. C. para dejar asentado un decreto sacerdotal en nombre del faraón Ptolomeo V. Fue hallada por casualidad el 15 de julio de 1799 al norte de Egipto por un destacamento militar francés.
Después de un tiempo, en 1822, el historiador francés Jean-Francois Champollion a través de su conocimiento del griego antiguo, pudo traducir su significado. Por lo que la piedra fue clave para descubrir los significados de los jeroglíficos egipcios. Hoy Champollion es considerado el padre de la egiptología por haber descifrado la escritura jeroglífica de la piedra Rosetta.
Descubrimiento
El día de su descubrimiento, el destacamento militar francés que la halló se encontraba bajo las órdenes del oficial Pierre-François Bouchard, que contaba con una expedición científica. En ese momento estaban desenterrando una antigua fortaleza egipcia que denominaron Fort Julien, en Rashid (Rosetta), cuando uno de los soldados dio con una piedra que les pareció muy extraña con jeroglíficos y escritura.

Les pareció que la piedra era muy valiosa, pero nadie se podía imaginar en ese momento que la Piedra Rosetta escondía la llave para abrir la puerta a la cultura y la historia de Egipto. El significado de los jeroglíficos egipcios se había perdido hacía más de 1.000 años.
Bouchard llevó el bloque de piedra al Instituto de Egipto en El Cairo, donde empezaron a analizarlo.
Aunque en ese momento había fascinación por la cultura egipcia, los estudios no habían sido muy exitosos y lo poco que se sabía era gracias a fuentes griegas y romanas.
Problemática y consecuencias del hallazgo
Cuando descubrieron la piedra Rosetta, los académicos franceses se pusieron a trabajar, pero no llegaron muy lejos. Ya que Napoleón perdió la campaña del mediterráneo y los ingleses se llevaron la piedra como botín de guerra.

Aunque los franceses amenazaron incluso con destruir la piedra antes de dársela a sus enemigos, al final la perdieron. Y desde 1802 se encuentra en el Museo Británico como una de las posesiones más valiosas del museo.
Las publicaciones de los descubrimientos de la comisión científica, el hallazgo de la piedra Rosetta y la promesa de descifrar los jeroglíficos, despertaron en Europa una Egiptomanía que duró todo el siglo XIX, en la que el arte, la ciencia y la moda, se vieron influenciados por el mundo egipcio.
Estudios de la piedra Rosetta
Descifrar los jeroglíficos resultó ser todo un reto, por años los académicos apenas hicieron progresos. Lo primero que se supo fue que los jeroglíficos, además de pictográficos, eran fonéticos.
Los científicos se enfocaron en ciertos jeroglíficos que aparecían rodeados de un óvalo al que llamaron “cartuchos”, y supusieron acertadamente que se trataba de los nombres de los gobernantes. Después de comparar con el sonido de las letras griegas, los signos jeroglíficos y demóticos, se descubrió que los cartuchos coincidían con el nombre de Ptolomeo. Aquello fue un avance enorme, la clave estaba en la equivalencia fonética.

Después la investigación continuó en manos del joven académico francés Jean-Francois Champollion. Este estaba interesado en las civilizaciones antiguas y los idiomas y estudió los jeroglíficos en base a los descubrimientos anteriores sobre los cartuchos.
Champollion logró aislar los signos jeroglíficos y asignarles un equivalente fonético. Lo que resultó en la clave final: un sistema de equivalencia fonética que permitió por primera vez en miles de años que un hombre leyera los jeroglíficos del antiguo Egipto.
¿Qué contiene la piedra Rosetta?
La piedra Rosetta se divide en tres secciones: una con escritura jeroglífica, la segunda con escritura demótica, es decir, una forma abreviada de la lengua egipcia y la tercera, la más importante: en griego antiguo, que era una lengua común entre los eruditos.

El contenido del texto era un decreto con motivo de la celebración de un año de la coronación del faraón Ptolomeo V, que hacía oficiales los ritos religiosos en su honor.
Recordemos que la última dinastía de Egipto era de origen macedonio impuesta por Alejandro Magno y los ptolomeos fueron los sucesores de los faraones. Y aunque el decreto no contenía nada especial, lo importante es que la piedra especificaba que ese decreto se encontraba escrito en tres idiomas distintos. En primer lugar, para que se notara el apoyo de los sacerdotes egipcios al rey y, segundo, para que todo el pueblo pudiera leerlo.

Que los tres textos dijeran lo mismo, implicaba que, a partir del griego podrían descifrarse los otros dos.
Posteriormente se encontraron otras inscripciones con el mismo texto sobre Ptolomeo. Pero la piedra Rosetta, por ser la primera en descubrirse, es reconocida como la clave absoluta para comprender los jeroglíficos y descifrar una de las civilizaciones más grandes de nuestro pasado.
Psicóloga con especialización en la conducta humana. Comunicadora social. Más de dos décadas dedicada al mundo de lo sobrenatural. Vidente natural y cartomante experta.